viernes, 27 de julio de 2018

Unas vacaciones distintas

Este es el relato de unas vacaciones diferentes. Como siempre hay que ver la parte positiva, es el talante con el que lo voy a relatar: positivo.  De hecho hace un par de días me dijeron :"por lo menos lo tomas con humor", así que ya podéis pensar, que quizás estos días de vacaciones han sido un poco..."tragicomedia". Eso sí, descubriendo servicios que funcionan extraordinariamente bien,y que solo lo sabes cuando tienes que hacer uso de ellos.
Pues comienzo:
Este año, aceptando la invitación de unos buenos amigos, teníamos previsto pasar unos días en la zona de la Sierra de Gredos, en la provincia de Ávila. Sitio que apenas conocíanos, exceptuando un par de campamentos de verano a los que fui hace tropecientos años...
Pues para allá que pusimos rumbo desde el norte. Hasta aquí todo perfecto. Teníamos pensado llegar sobre las 3 o 4 de la tarde. Tranquilamente. Tiempo buenísimo, en el momento que llegamos a la meseta, porque lo de Asturias este año, no tiene nombre. Y si lo tiene, no es verano soleado....
Pues nada más dejar Ávila capital atrás, mi querido coche, no quiso seguir. He de decir que 13 años, 400.000 Km y un ruido que llevaba con él un par de meses y que se suponía ,no era importante ni peligroso, hizo que se quedara clavado a 7 kilómetros de la ciudad amurallada. Y cuando digo clavado, es literalmente. Primer punto positivo: estaba ya frenando para parar en el arcén y no iba a mas de 30 por hora,cuando nos quedamos así. 
Pues a estrenar chalecos reflectantes y triángulos de emergencia y  llamar al seguro para ver como hacer. Por cierto, era sábado. Talleres cerrados y fin de semana.



Como veis en la foto, la caja de sidra y los quesos asturianos, que no se ven, podían ser un banquete por si la espera hubiera sido larga. Pero no. En 30 minutos apareció la grúa y el taxi que nos llevaría a nuestro destino. El coche se quedaría en Ávila hasta el lunes llevarlo al taller. 
Pues hasta aquí, ni tan mal. Los días allí fueron extraordinarios, paisajes magníficos. Caminatas por distintos recorridos, tranquilidad total, y la compañía, la mejor del mundo.



 Baños en el río para recordar. Y el agua no estaba tan fría. Será que una está acostumbrada al cantábrico de sus buenos tiempos, cuando el agua "cortaba" al entrar en ella.






Pero llegó el momento de tener noticias de mi querido coche. Avería gorda gordísima, con muy mala solución y con un presupuesto de reparación...que tuvimos que meditar seriamente, si merecía la pena o ya no. Y al final la decisión, fue que ya no...que mi coche iba a "morir" en un concesionario de Ávila. 
Lo que iba a ser un viaje más, pues iba a ser su último viaje. Y no me quiero poner melodramática ni mucho menos, pero han sido muuuuchasssss horas de mi vida en ese coche, y oye, pues le tengo cariño.
Después de tomar la decisión, no penséis que ya acabó todo. Ni mucho menos. A la vuelta, teníamos que llegar a Asturias, vía Soria, ya que recogíamos al chico de su campamento de rock, el Rock Camp y para eso teniamos una franja horaria y sin coche. Pero aquí es donde descubrimos lo bien que funciona nuestro seguro:
Taxi desde la puerta de casa a Talavera, sitio más cercano desde donde nos encntrábamos, con empresa de coche de alquiler. 
Coche de alquiler 48 horas para la vuelta a Asturias, vía Soria, y una vez entregado, taxi hasta la puerta de nuestra casa. Realmente, perfecto.
A todo esto, mi coche allí se quedó, previa última visita para recoger lo que aún tenía: cds, mapas, bolis, botiquín, algún muñequito de cuando los chicos eran pequeños...(hay que ver la cantidad de pequeñas cosas que puede tener un coche...). Y lo confieso, alguna lagrimilla por mi parte, que aunque racionalmente no es para eso, pues que se le va a hacer.
¿Pensábais que ya estaba todo? Pues aún hay mas. 😭
Cuando recogimos el coche de alquiler y arrancamos ,de repente,se enciende un simbolito. Que ni idea de que quería decir. Los coches modernos todo son dibujitos y botones. ¿Damos la vuelta? ¿Seguimos? En principio paramos a mirar el libro de instrucciones, pero mira por dónde, ese símbolo no lo encontramos por ningún lado. Decisión: dar la vuelta hacía Talavera. Solo habían sido 4 kilómetros. Llegamos, la chica muy simpática, ¿qué pasa? "Gira la rueda y avanza un poco", me dice. ¡Bingo! Un clavo en la rueda. Cambio de coche (no íbamos con mucho equipaje, eso sí dos cajas de cerezas hasta arriba, que recogimos nosotros mismos el día anterior en los cerezos de nuestros anfitriones) y a continuar ruta. Bueno, casi a empezarla.
Y aún hay mas. Ya en la provincia de Soria a la altura de Ayllón...¡cervatillo por la derecha a punto de "atropellarnos"! No pasó nada, pero un segundo antes y hubiera sido otro capítulo.
Por cierto, llegamos sin más novedades (jajajaja) a eso de las 11 de la noche...¡al centro de salud! El acampado con una conjuntivitis que era necesario que se lo miraran:antibiótico al canto. 
A esas alturas yo solo pensaba: ya solo queda una hora para que termine el día. Que pase rápido...

Publicado por Alicia Hierro Grandoso

P:D: Nuestro seguro de coche: Pelayo.

2 comentarios:

  1. ¡oh! Sé del cariño que le tenías a ese coche. Pero cómo bien dices, hay que tomárselo con humor, y pensar que el siguiente te va a resultar igual de entrañable, si este adjetivo se puede poner a las cosas. Bienvenida de nuevo a este nuestro Veroño asturiano.

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  2. Pues sí ... Así será. No se quien eres, pero toda la razón

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