Ya no se si llegaré a publicar esta entrada el jueves...viendo la hora que es. Pero mientras "vigilo" unas ricas albóndigas caseras...y al olor de la cocina, os voy a contar la pequeña anécdota del día.
Aquí va:
Pues como amaneció soleado y caluroso, me dispuse a hacer una gestión, digamos, un poco alejada de casa. Vamos, en la otra punta, pero pensé que mejor dar un paseo, no tenía prisa, que coger el coche.
Así fue como llegué a mi destino, pero al poco de dar la vuelta...¡Zas! o ¡Catacróquen!, (nueva palabra que sirve para todo, como nos anunciaron en su estupendo espectáculo, y que en casa ya pertenece al vocabulario habitual), la sandalia de mi pie izquierdo sale volando y yo me quedo pensando...¡y ahora qué hago!
Pues...seguir caminando con la sandalia en la mano, porque no conseguí encontrar en mi bolso ningún artilugio que me sirviera para hacer un apaño (y mira que llevaré cosas en él).
Total, ¿no van los surferos tabla en mano descalzos hasta la playa?. Pues yo lo mismo, pero con mi sandalia.
Lo que no os he dicho todavía es que no iba sola. Iba conmigo Álvaro, mi hijo, y su Ukelele...nuevo desde ayer y del que solo se ha soltado para comer y dormir.
Os podéis imaginar la escena: niño por la calle tocando el Ukelele y madre descalza con sandalia en mano... No sé quién de los dos se llevó mas miradas.
Eso sí, os puedo asegurar que a partir de hoy puedo hacer una tesis sobre los distintos asfaltos, baldosas con cuadrados, líneas, círculos, pasos de cebra, y por cual se camina mejor o peor.
¿Lo mejor de todo esto? El set de pedicura de Mary Kay (aquí os dejo el enlace a mi página... creo que a esto se llama publicidad subliminal ) que me hice nada más llegar a casa: pastillita relajante en agua tibia, olor a limón, gel exfoliante con romero y gel refrescante que me dejó los pies como si solo hubieran caminado sobre algodón :)
De todo hay que buscar el lado positivo, ¿no os parece? Pues dicho queda.
Publicado por Alicia Hierro
